Pasear por la antigua ciudad de Safranbolu es una invitación a transportarse a épocas de antaño gracias a la gran cantidad de monumentos del período del Imperio Otomano que alberga en su interior. Esta característica la convirtió en Patrimonio de la Humanidad a partir de 1994. Situada en la provincia de Karabuk, cercana al Mar Negro, Safranbolu esconde una rica historia que amerita ser conocida.
El propio nombre de la ciudad ya nos habla de una parte de su historia. Safranbolu proviene de la palabra azafrán ya que antiguamente el cultivo de esta especia condujo a la ciudad a un esplendor comercial durante el siglo III A.C. Posteriormente se transformó en un punto estratégico del intercambio comercial en la ruta que permitía unir Oriente y Occidente.
En el territorio de esta ciudad de Turquía, se pueden diferenciar tres zonas que representan distintos aspectos de Safranbolu. El barrio del mercado, bordeado por las casas y los talleres de los artesanos, el viejo barrio no musulmán, en el que conviven viviendas familiares con negocios comerciales y por último el barrio de verano donde crecen los viñedos y esparcen su aroma por la ciudad.
Muchos de los edificios más antiguos fueron construidos de madera y se mezclan con otras edificaciones de ladrillo y piedra, ofreciendo un pintoresco panorama. Las mezquitas son las construcciones más destacadas para visitar, como la Antigua Mezquita que data de 1332. Pero también se pueden observar numerosas tumbas históricas, baños turcos, una torre de reloj histórica y muchas mansiones.
La riqueza arquitectónica que ostenta Sarfanbolu, sus calles con mucha vida y la hospitalidad y amabilidad de sus habitantes se conjugan para hacer de esta ciudad, un destino imperdible en Turquía.