Una de las características que mejor definen a Bangkok es el caos que reina en sus calles, movimiento que al turista apenas puede superar en principio pero que luego termina asimilando naturalmente.
Desde hace unos meses el paisaje nocturno de la capital se ha visto modificado por una nueva variedad de negocio callejero que funciona por las noches: los bares sobre ruedas.
Se trata de furgonetas, en su mayoría, adaptadas de manera tal que puertas y ventanas se convierten en barras y/o toldos y a las que se les han eliminado los asientos traseros para ocupar el espacio interior con botellas.
Algunos de estos vehículos recuerdan a las Volkswagen de los 60, con cierto aire retro, pero las hay de todo tipo, desde las más sencillas a las más elaboradas.
Las furgonetas están provistas de luces de colores, un equipo de sonido con grandes altavoces, taburetes de pie, mesas y sillas plegables para dar la mejor atención a los clientes que suelen ser fieles cuando el servicio es bueno.
Cada furgón se ubica en un espacio determinado de la soi 11 de Sukhumvit, exhibiendo un cartel luminoso que lo identifica con nombres tales como Lisa Street Bar, Smile o Wonderful.
La presencia de un gran número de bares y discotecas en esta zona de Bangkok ha propiciado la aparición de los bares sobre ruedas que esperan a sus clientes al cierre de las discotecas. Y es que por ley, esos establecimientos deben cerrar a las 2 de la mañana, en tanto que las furgonetas permanecen abiertas hasta las 5.30 de la mañana, permiso que obtienen pagando a tres policías distintos para que les permitan aparcar.
Estacionados a ambos lados de la calle, se turnan para ocupar calzada o carretera dejando siempre un paso para los peatones y, cuando llega la hora de cerrar, recogen sus bártulos y conducen de vuelta a casa dejando la calle libre para los puestos del día.
Foto: El Mundo