Dentro de los pocos lugares costeros con playas aprovechables en Asia, las Islas Cook son todo un paraíso situado en el Pacífico Sur, entre las islas de Hawaii y Nueva Zelanda.
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Bautizadas San Bernardo en su descubrimiento en el año 1595, el archipiélago que forma las Islas Cook, fueron primero un protectorado de Gran Bretaña, luego pasaron a ser posesión de Nueva Zelanda, y finalmente en el año 1965 estas tierras pudieron obtener su autonomía.
Su capital, Avarua, posee solamente 20.000 habitantes y se encuentra en la isla de Rarotonga, una de las nueve islas, que comprenden las Islas Cook del Sur. Al norte se ubican las seis islas que forman las Islas Cook del Norte.
Las islas están rodeadas por un arrecife, allí se dan la circunstancias perfectas para la formación de un medio natural para las miles de variedades distintas de peces que allí habitan, por ende, el buceo es uno de los deportes más practicado por los turistas.
Las cumbres esparcidas a lo largo del archipiélago, permiten reconocer que el origen de estos islotes es volcánico, especialmente en la zona sur, entre los que se destaca Mungapu. Al norte se pueden hallar atolones de baja altura, donde los tifones son una constante, entre noviembre y marzo.
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Otros deportes que se pueden practicar en esta hermosa región, una de las pocas vírgenes que quedan, más allá del enorme caudal de turistas que recibe, son la pesca, surf, kayac y caminatas alrededor de la isla.