Ayanta es una localidad de la India situada en la inmensa meseta de Maharashtra, mundialmente célebre porque en una profunda y sinuosa garganta de basalto negro, en un acantilado semicircular de aproximadamente ochenta o cien metros de altura, se encuentran 30 cuevas con elaborados portales que recuerdan a Petra.
Según parece, las primeras cuevas se excavaron en el siglo II antes de Cristo y la última data del siglo VII de nuestra era. Monjes budistas y desconocidos maestros canteros cincelaron el basalto por largos años para imitar los templos de la época en tanto que artistas anónimos plasmaron en sus paredes, murales que hoy asombran por su calidad, colorido y perfección.
Las treinta cuevas son cinco santuarios (chaytanias) y veinticinco monasterios (viharas), en donde los monjes pasaban retirados los meses del monzón, se utilizaron durante nueve siglos hasta que, en plena Edad Media, fueron abandonadas abruptamente hasta caer en el olvido sin que nadie supiera a ciencia cierta por qué, aunque se sospecha que fueron seguramente los tigres, abundantes en la región por aquél entonces, los causantes del abandono.
Un grupo de oficiales británicos se topó en 1819 con aquellas maravillas y dieron cuenta del hallazgo de esta maravilla que, a diferencia de otras cuevas, se distinguen por las refinadas pinturas que cubren sus paredes y techos. Los colores y la calidad artística de las figuras, su expresividad y complejidad ponen esta grutas al mismo nivel que los frescos de Siena o Asís aunque, no sean propiamente frescos sino que se utilizó una técnica muy distinta.
Las cuevas, cavadas a distintas alturas y en distintos momentos, están numeradas de este a oeste con un orden puramente numeral que no significa nada. Así por ejemplo, la más antigua de todas, la nº 10, es un santuario de la época Teravada que data del siglo II antes de Cristo y tiene el techo, abovedado, completamente cubierto de pinturas.
Una plataforma de medio kilómetro a lo largo de la pared, facilita el recorrido por las cuevas de Ayanta, Patrimonio de la Humanidad y visita obligada a un monumento sólo comparable quizás, con el Taj Mahal.
Fotos: el mundo según Kassiopea