Se cree que en la prehistoria de los pueblos que habitaban las estepas de Asia Central, sus habitantes cazaban caballos y podrían haber sido los primeros en domesticar estos animales que, en una tierra tan extensa y con un clima tan inclemente, proporcionaban transporte, trabajo, piel, leche y carne.
También posibilitaron la expansión de los pueblos y se convirtieron, en ocasiones, en instrumentos de guerra y dominio. Por este motivo los caballos tienen un significado particular en Kazajstán, son parte de la cultura del país y de las festividades y celebraciones kazajas.
Muchos de los juegos tradicionales que se practican en Asia Central (Afganistán, Kirguistán, Uzbekistán y Kazajstán) tienen al caballo como protagonista.
Así, el Kokpar o Buzkashi, es un deporte hípico que en muchos aspectos, se parece al polo con la gran diferencia de que, en lugar de usar una pequeña pelota, se utiliza (según el caso o el país) el cuerpo decapitado de un becerro, una cabra o una oveja.
En el juego compiten dos equipos que se sitúan a ambos lados de un prado de dos kilómetros de longitud y antes de iniciar la competencia, uno de los jinetes (chapandoz) aleja el boz de los demás y el juego comienza cuando corren hacia el animal y luchan entre ellos para conseguir hacerse con él y llevarlo hasta un círculo en uno de los extremos del campo.
El juego se practica sin árbitro y, por tanto, sin fair-play lo que muchas veces provoca batallas sangrientas y motivo por el cual fue prohibido en Afganistán durante la dictadura de los talibanes.
A pesar de ello, en la actualidad se lo considera el deporte nacional de ese país y sigue practicándose en otros territorios del centro de Asia, principalmente por el pueblo kazajo.
En Argentina se practica un deporte similar llamado Pato que en sus orígenes utilizaba un pato vivo a modo de pelota y que hoy en día se ha reemplazado por una bolla con asas.
Foto: Taringa!