Dicen que estas extrañas hogueras son conocidas desde la antigüedad y que ya, Marco Polo las había descripto en uno de sus viajes.
Se trata de una colina conocida como Yanar Dag o Montaña de fuego, situada en las afueras de Bakú, la capital de Azerbaiyán. La peculiaridad de este lugar consiste en que una eterna hoguera arde a lo largo de unos 200 metros, con llamas que pueden alcanzar los 3 metros de altura, lo que otorga al paisaje un extraño efecto.
En la Península Absheron, junto al Mar Caspio, podemos apreciar numerosas fogatas de este tipo con un fuego que nunca se extingue y que se alimenta del gas que se filtra del subsuelo a través de la porosa roca arenisca.
Los geólogos definen a Yanar Dag como un volcán de lodo, una forma menor del relieve formada por un cráter y un cono volcánico de poca altura y cuyo origen no está relacionado con las verdaderas formaciones volcánicas, que son un indicador de las reservas petróleo y gas metano principalmente que, depositadas bajo la superficie de esta región se consideran como una de las mayores concentraciones de hidrocarburos del planeta. Y es que entre los 700 volcanes de este tipo conocidos en todo el mundo, más de 300 se encuentran en los alrededores del Mar Caspio.
La vista del fuego eterno emergiendo de las entrañas de la tierra es realmente impresionante y una atracción que convoca a turistas y habitantes de la zona, quienes en horas del atardecer se concentran en los salones de té cercanos para no perderse esta maravilla que la naturaleza regala.
Atropatene, es la antigua denominación persa de este pequeño país que significa fuego protector y en su folklore han existido desde siempre, referencias al fuego, incluso en la religión iraní de Zoroastro, hace más de 2.000 años, existían adoradores del fuego antes de que la ley islámica entrara en vigor.
Los actuales adoradores del fuego, llegan hoy, sin embargo, de diferentes partes del mundo para asistir a un espectáculo imperdible.
Foto: Azerbaijan